Tengo alas, luego vuelo. Pero no siempre.
Parece fácil. Sin embargo tengo los pies anclados, llenos de barro, pesan como si tuvieran gravedad propia y me impiden batir mis alas y emprender mi viaje.
Solo vuelo cuando el viendo es favorable, cuando no hay nubes dentro de mí, cuando mi mente está en blanco y me dejo llevar.
Necesito...necesito un totem, algo fijo, algo que me recuerde cual es mi sitio, quién soy yo, y qué es lo que quiero.
Tengo alas, luego tengo la capacidad de volar.
Tengo la capacidad de decidir, de tomar decisiones, de ser libre, de ser dueña de mi vida. Quiero crear, encontrar caminos, inventarlos, empaparme de lo que hay a mi alrededor y hacerme fuerte. Fuerte para que las flechas del pasado reboten en mi armadura. Fuerte para dejar de compadecerme y empezar a vivir.
Solo una cosa más, stay high, lucha por tu sueños.
Mi universo, con centro en todas partes y circunferencia infinita.
jueves, 25 de agosto de 2016
sábado, 20 de febrero de 2016
Borradores random
Tendemos a buscar el por qué de todo. Pero la mayor parte de veces eso da igual.
Que somos lo que somos y no lo que queremos.
Nos creemos especiales, pero todos formamos parte de una misma mierda.
Que todo está en nuestra mente, por propia creación o por influencias de otros. Y lo peor es que la mayoría de nuestras ideas no son nuestras, aunque pensemos que sí.
Y aun así no vale culpar a los demás, ni siquiera culparnos a nosotros mismos. La culpa la creamos desde dentro, si no la sentimos no existe.
Necesitamos aferrarnos a algo o a alguien, para que el viento no nos lleve con él, pero igual hay que dejarse llevar. Despertarse cuando el viento amaine, en cualquier lugar, en medio de todo, y elegir el camino para volver a casa, o para alejarse aún más.
Dejar los miedos atrás (otra cosa que si no se siente no existe), dejar de pensar para empezar a hacer. Y hacer sin pensar, porque pensar agota y no estamos sobrados de energía precisamente.
Nuestra personalidad no la crean los demás. Dejar de autocompadecerse, de buscar consuelo por cualquier tontería. Somos animales racionales, actuemos como tales.
Nuestras grandes tonterías son nuestros grandes problemas.
Decir tonterías nos crea problemas.
Hacer tonterías a veces nos da la oportunidad de dejar de ser tontos.
El ser maduro es hacer lo que los demás quieren que hagas. A la mierda la madurez. ¿Alguien sabe realmente lo que es?
¿Dónde está el equilibrio? El triángulo es el polígono más estable si se le aplica una fuerza a cualquier vértice. Pero no somos triángulos, ni siquiera somos personas. Somos conciencias atrapadas en cuerpos, y cada uno la aprovecha como puede.
sábado, 30 de enero de 2016
Esquiar es lo más parecido a volar
El
esquí es uno de los deportes que más sensaciones aporta. Sería bastante difícil
describirlas, las sensaciones hay que sentirlas. Y me parece muy curioso,
porque ya son 5 las veces que he ido a esquiar y todas han sido bastante distintas,
ya sea porque he ido progresando técnicamente o porque la gente con la que iba
era diferente, pero las sensaciones sí que han sido prácticamente las mismas, y
me siguen emocionando.
Como cada año, no veía el momento del primer contacto con la nieve, de ponerme los esquís y dejarme deslizar. Tener por fin esta sensación de libertad, de satisfacción, de euforia; toda una mezcla de las cosas buenas que existen. Y quieres volver a repetir todo eso una y otra vez. Así que te sientes empujado a volver a subir cada vez que bajas una pala para volver a bajarla, aunque te quemen los cuádriceps o no sientas la cara, aunque te duelan las espinillas y no te puedas mantener en pie. Aunque realmente no te das cuenta del verdadero cansancio hasta después de quitarte las botas, ya en el apartamento, mojada hasta arriba.
Como cada año, no veía el momento del primer contacto con la nieve, de ponerme los esquís y dejarme deslizar. Tener por fin esta sensación de libertad, de satisfacción, de euforia; toda una mezcla de las cosas buenas que existen. Y quieres volver a repetir todo eso una y otra vez. Así que te sientes empujado a volver a subir cada vez que bajas una pala para volver a bajarla, aunque te quemen los cuádriceps o no sientas la cara, aunque te duelan las espinillas y no te puedas mantener en pie. Aunque realmente no te das cuenta del verdadero cansancio hasta después de quitarte las botas, ya en el apartamento, mojada hasta arriba.
Hay varias cosas que caracterizan
al esquí. Lo primero es que el hecho de que sea un deporte que sólo se pueda
practicar en montaña, en invierno, con nieve (y con ahorros) le hace único.
Esperas ansioso el viaje durante todo un año. Y todo esto hace que la primera
bajada sea espectacular y especial. Es imposible cansarse de algo que te aporta
tanta emoción y que sólo puedes practicar unos pocos días al año, porque cuando
vuelves a casa sigues necesitando esa emoción, que en la montaña nunca se
agota.
Otra cosa que me llama la
atención, no sólo del esquí, si no de los deportes en general, pero sobre todo
del esquí, es la capacidad de autoaprendizaje que tenemos. El estar subido
sobre los esquís y tener que dirigirlos permite que cada uno adquiera la
técnica que mejor le convenga, aprendiendo por el método de, para girar esto
funciona, para frenar esto funciona, etc., es decir, del acierto-error. Y es
practicando, practicando, practicando cuando se adquiere. Este año por fin he
conseguido ir con cantos, y la sensación de velocidad, del viento en la cara,
de poder manejar los esquís como casi tus propios pies, aportan todavía un
punto más a toda la experiencia.
Pero lo que más me gusta
de todo es cómo puedes investigar y jugar como un niño mientas bajas las
laderas de las montañas. A veces me imagino historias entre los árboles y
caminos; o me pico en secreto con el de al lado, para ver quién llega antes
abajo; o simplemente me dejo llevar, sin tener en cuenta las señalizaciones,
¡ya me encontraré cuando recobre mi parte racional!
Y
sinceramente, compartir todo esto con mis compañeros de clase, quienes viven
por el deporte igual que yo, es un privilegio. De los viajes a la nieve siempre
traes anécdotas, y aunque puedas encontrarte a ti mismo a la vez que te pierdes
por las montañas, el compartir hace el viaje todavía más valioso.
Entonces, ¿qué por qué me
gusta esquiar? Porque es lo más parecido a volar. Porque una vez tienes la base
tienes el poder de esquivar, saltar, derrapar, frenar y volver a acelerar, y si
te caes, te ríes de ti (y contigo), a veces hasta llorar.
jueves, 7 de enero de 2016
There's glimpses of heaven in every day
"Y entonces me di cuenta de lo difícil que es cambiar realmente.
Hasta el infierno puede ser cómodo una vez que se está en él.
Yo solo quería que la soledad interna se fuera.
(No importa lo jodido que estés, siempre existe el infierno cuando regresas)
Lo curioso es que todo lo que quise ya lo tuve.
Y hay atisbos en el cielo todos los días.
En las personas, en la música, en el amor que siento.
Sólo tengo que empezar de nuevo."
Hospital for Souls - BMTH
Hasta el infierno puede ser cómodo una vez que se está en él.
Yo solo quería que la soledad interna se fuera.
(No importa lo jodido que estés, siempre existe el infierno cuando regresas)
Lo curioso es que todo lo que quise ya lo tuve.
Y hay atisbos en el cielo todos los días.
En las personas, en la música, en el amor que siento.
Sólo tengo que empezar de nuevo."
Hospital for Souls - BMTH
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